La Catedral de Cuenca cuenta con una talla realizada en época románica, siglo XII, y conocida en su momento como la Virgen de las Batallas, ya que parece ser que Alfonso VIII la llevaba sobre el arzón de un caballo en sus campañas guerreras así como en su conquista de Cuenca. Alfonso VIII la colocó en una capilla de la catedral para que fuese venerada por la ciudad de Cuenca y fue nombrada patrona, aunque en la actualidad sólo es considerada Patrona de la Catedral.
La imagen fue objeto de algunas transformaciones para convertirla en imagen de vestir y pasó a denominarse como Virgen del Sagrario. El 26 de junio de 1966 fue coronada canónicamente.
