A falta ya de escasas fechas para el comienzo de la recolección de aceituna 2017/18, hemos visto conveniente fijar nuestra atención en un factor muy importante para el sector del olivar en la actualidad por las repercusiones que pudiera tener sobre el mismo si no se tienen la precauciones adecuadas. Se trata de la xylella fastidiosa. Como en ocasiones anteriores y siempre que se trata del mundo del olivar, he recurrido al asesoramiento de Antonio Ruz Carmona, Gerente de la Cooperativa San Roque, por los grandes conocimientos que tiene sobre este sector y porque ya en varias ocasiones me ha mostrado su preocupación sobre este tema y sus deseos de que llegue al conocimiento de los olivareros de Arjonilla.
Xylella fastidiosa (Wells et al.) es una bacteria con un enorme potencial patógeno sobre gran número de plantas hospedantes y que puede producir graves daños en cultivos de gran importancia económica en Andalucía como el olivo, los cítricos, la vid, y los frutales de hueso, así como en numerosas especies ornamentales o forestales.
La Xylella fastidiosa se transmite de forma natural de unas plantas a otras con la ayuda de insectos vectores, hemípteros chupadores que se alimentan del xilema. La especificidad entre la bacteria y el vector suele ser muy baja, por lo que prácticamente cualquier especie de estas familias podría ser vector potencial de la bacteria. Los vectores, sin embargo, sólo actúan como dispersores eficientes a corta distancia.
El área de distribución de la xylella fastidiosa se encuentra en el continente americano. En octubre de 2013 se detectó por primera vez en Europa, en la Región de Apulia (sur de Italia) afectando a olivo, a pesar de que hasta el momento, este cultivo no había sido considerado entre sus principales hospedadores. En la actualidad, la bacteria se ha detectado en Francia (isla de Córcega y región Costa Azul, Niza), en un foco puntual en Alemania y en España, concretamente en las comunidades autónomas de Islas Baleares y Valenciana (Alicante).
El síntoma más característico es el quemado de la hoja o brotes. Una parte verde se seca de repente, volviéndose marrón mientras los tejidos adyacentes permanecen amarillos o rojos. La desecación se extiende con facilidad pudiendo ocasionar el marchitamiento total y la caída de la hoja. En los brotes afectados en olivo también se ha observado un oscurecimiento de los vasos del xilema al realizar un corte transversal de los mismos. Xylella fastidiosa puede encontrarse en estado latente en muchos hospedantes sin manifestar síntomas, sirviendo de fuente de inóculo para los potenciales insectos vectores.
Actualmente no existe ningún tratamiento que sea capaz de “curar” la enfermedad, por ese motivo, evitar la llegada de la bacteria es la única manera de proteger cultivos y medio natural.
Es muy importante estar vigilante ante cualquier signo o sospecha de posible presencia de la enfermedad, así como tomar una serie de precauciones sobre todo en materia de comercio de vegetales:
– adquirir plantas en viveros debidamente autorizados, y con el correspondiente pasaporte fitosanitario.
– vigilar la sanidad del material vegetal que se utilice en plantaciones, parques y jardines.
– dar aviso a las autoridades de sanidad vegetal ante cualquier síntoma sospechoso.
Fuente de consulta: página web de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía.
http://www.juntadeandalucia.es/organismos/agriculturapescaydesarrollorural/areas/agricultura/sanidad-vegetal/paginas/xylella-fastidiosa.html