En la publicación de ayer sobre las previsiones de cosecha de aceituna de la Cooperativa San Roque anunciábamos que se iba a realizar una nueva publicación referente a la situación del olivar. Y es que, en la conversación mantenida con Antonio Ruz Carmona, Gerente de la cooperativa, éste me informó que la actual afectación del olivar debido al estrés hídrico, no sólo se traducirá en una cosecha más reducida de lo esperado, por la disminución del tamaño del fruto, sino que tendrá influencia además sobre los resultados de la próxima cosecha 2018/19, algo que vamos a tratar de explicar a continuación.
El olivo genera cada cosecha en el brote que creció el año anterior, por tanto, la situación actual del olivo es determinante en los resultados de la cosecha del año que viene. Como factor extraordinario en esta campaña nos encontramos que varias parcelas de secano tienen una elevada cosecha y coincide con un estrés hídrico muy elevado. Esto trae como consecuencia inicial la caída prematura de la hoja que está junto a la aceituna (principalmente por una extracción en potasio) y como consecuencia previsible una inducción de las yemas a madera para el año que viene, con la consiguiente reducción de cosecha (vecería acentuada).
Eso sí, por otro lado, aumentarán las reservas del árbol y tendrá más ramas y más yemas disponibles con capacidad para diferenciarse en flores para el año siguiente, lo que contribuirá aún más en esta alternancia de producción ofreciendo una gran producción en la siguiente temporada. Esto es lo que se conoce como vecería (alternar grandes producciones de fruto, olivas o aceitunas, con otros años en los que las producciones son considerablemente más bajas).
Como es lógico, lo ideal sería que las cosechas fueran similares cada año y en una cantidad que haga rentable este cultivo. Por tanto habría que procurar evitar la vecería. Y ello es posible con varias actuaciones, como serían un buen abonado en potasio y riego (cuando ello sea posible) para evitar el agotamiento del olivo tras la finalización de cada campaña, unas técnicas adecuadas de poda de los olivos permitiendo una buena distribución de posibles frutos y una recogida temprana de la aceituna. De hecho, es de conocimiento popular que aquellas parcelas que se recolectan antes suelen repetir cosecha el año siguiente. La fecha de recolección es determinante. Realizando una recolección temprana, el olivo llega más “descansado” a la primavera siguiente y no acusará tanto el haber producido mucho, de forma que se ayuda a que las cosechas sean más constantes.
Nota: muchas gracias a Antonio Ruz por su información y asesoramiento sobre el tema