En la festividad de los Fieles Difuntos, recordamos el artículo publicado en esta crónica el 2 de noviembre de 2015 sobre la costumbre social del luto:

      La fecha de hoy también puede ser adecuada para hablar del hábito social del luto. Una de las definiciones que podemos dar de la palabra luto es la de signo externo hacia la muerte, es decir, la muestra externa de los sentimientos de pena y duelo ante el fallecimiento de un ser querido.
     El origen del luto podemos asociarlo al origen de la humanidad pero en España tiene un momento importante en el siglo XVI cuando fue impuesto por los Reyes Católicos. A partir de ahí, nuestros antepasados lo convirtieron en costumbre obligada. Surgieron así las reglas o normas en vestimenta, tiempo de duración, mitos y tabúes. Con el transcurso del tiempo se fueron consolidando unas costumbres y suavizándose otras hasta llegar a los años 70 en los que comenzó, al menos en las zonas urbanas, a caer en desuso o en suavizarse las manifestaciones del mismo.
      Las mujeres, como en otras muchas cosas, y lo afirmo como cosecha propia, asumían la parte más negativa o dura del mismo. Largos períodos de tiempo con vestimentas totalmente negras, uso de velo, ausencia de salidas, etc. Por otro lado, el hombre, sólo algunos signos externos del mismo como uso de trajes negros u oscuros, corbata negra, alguna tira o botón negro en la solapa y poco más. Recuerdo de mis años de infancia algo que actualmente nos puede parecer algo ridículo como el luto en las cartas. Filos negros tanto en el sobre como en el papel interior.
          En la actualidad y siguiendo un continuo descenso en la rigidez de las formas de luto, actualmente se encuentran casi desaparecidas o al menos reducidas casi exclusivamente a los momentos que transcurren desde el fallecimiento hasta el entierro o incineración.
      Finalmente incluimos una imagen tomada en los años 50 ó 60 en nuestro cementerio en la que podemos apreciar a dos mujeres visitando una sepultura y en la que podemos apreciar su estado de luto total, propio de aquellos años.